Nosferatu es una película muda de 1922 dirigida por F. W. Murnau, este quiso realizar una adaptación cinematográfica de la novela Drácula, de Bram Stoker. Su estudio no logró hacerse con los derechos de modo que hizo su propia versión pero de gran parecido con la novela.
La película es uno de los exponentes del cine expresionista alemán, rodada en escenarios naturales, una práctica poco habitual que la aleja de los postulados del cine expresionista, además abundantes planos de Nosferatu están inspirados en pinturas románticas.
Murnau juega en todo momento con lo realista - naturalista y lo fantástico - sobrenatural, lo bello y lo sublime a la vez como referencia al neoclasicismo y al romanticismo.
Además de la utilización de bastantes exteriores también es evidente la utilización de decorados caracterizados por las paredes, escaleras, marcos de puertas y ventanas utilizados como sobreencuadre.
Murnau juega con la iluminación y las luces para dar la sensación de noche en pleno día. Los medios técnicos de la época no permitían que los negativos captaran escenas nocturnas y por ello recurrió a la técnica del virado, que consistía en teñir el negativo original en sepia para dar la sensación de escena diurna y en azul para las escenas nocturnas.
Murnau reservó la iluminación exagerada propia de las películas expresionistas para su vampiro, para que fuera más monstruoso e irreal. También utilizó la cámara rápida para los movimientos del conde y conferirle así una naturaleza sobrenatural.
Destacar por último las referencias a la arquitectura romántica, casas de ladrillo, ventanas y arcos ojivales, cubiertas a dos aguas pronuncidas...
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